sábado, 24 de octubre de 2015

YO NO LO SÉ DE CIERTO

Yo no lo sé de cierto, pero supongo 
que una mujer y un hombre 
algún día se quieren, 
se van quedando solos poco a poco, 
algo en su corazón les dice que están solos, 
solos sobre la tierra se penetran, 
se van matando el uno al otro. 

Todo se hace en silencio. Como 
se hace la luz dentro del ojo. 
El amor une cuerpos. 
En silencio se van llenando el uno al otro. 

Cualquier día despiertan, sobre brazos; 
piensan entonces que lo saben todo. 
Se ven desnudos y lo saben todo. 

(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo) 

TENGO OJOS...

Tengo ojos para ver en esta noche
algo de lo que soy, tengo el oído oyendo.
Estoy en este cuarto, están mis sueños.

Detrás de cada sombra hay algo mío.
Sentado en cada silla hay uno, obscuro,
y a mis pies, en la cama, me están viendo.
Creo que son como yo, llevan mi nombre,
y salen de las cosas como espejos.

Hace ya mucho tiempo
que no nos congregábamos.
Ahora los aposento
humildemente,
les doy mi cuerpo.

Me reúno en la noche, abro mis ojos,
los mojo de esta obscuridad con sueño.
Solo mi corazón sobre la sábana
queda latiendo.

SOY MI CUERPO

Soy mi cuerpo. Y mi cuerpo está triste y está cansado. Me dispongo a dormir una semana, un mes; no me hablen.

Que cuando abra los ojos hayan crecido los niños y todas las cosas sonrían.

Quiero dejar de pisar con los pies desnudos el frío. Échenme encima todo lo que tenga calor, las sábanas, las mantas, algunos papeles y recuerdos, y cierren todas las puertas para que no se vaya mi soledad.

Quiero dormir un mes, un año, dormirme. Y si hablo dormido no me hagan caso, si digo algún nombre, si me quejo. Quiero que hagan de cuenta que estoy enterrado, y que ustedes no pueden hacer nada hasta el día de la
resurrección.

Ahora quiero dormir un año, nada más dormir.

SITIO DE AMOR

Sitio de amor, lugar en que he vivido
de lejos, tú, ignorada,
amada que he callado, mirada que no he visto,
mentira que me dije y no he creído:
en esta hora en que los dos, sin ambos,
a llanto y odio y muerte nos quisimos,
estoy, no sé si estoy, ¡si yo estuviera!,
queriéndote, llorándome, perdido.

          (Esta es la última vez que yo te quiero.
          En serio te lo digo.)

Cosas que no conozco, que no he aprendido,
contigo, ahora, aquí, las he aprendido.

En ti creció mi corazón.
En ti mi angustia se hizo.
Amada, lugar en que descanso,
silencio en que me aflijo.

          (Cuando miro tus ojos 
          pienso en un hijo.)

Hay horas, horas, horas, en que estás tan ausente
que todo te lo digo.

Tu corazón a flor de piel, tus manos,
tu sonrisa perdida alrededor de un grito,
ese tu corazón de nuevo, tan pobre, tan sencillo,
y ese tu andar buscándome por donde yo no he ido:
todo eso que tu haces y no haces a veces
es como para estarse peleando contigo.

Niña de los espantos, mi corazón caído,
ya ves, amada, niña, que cosas digo.

SIEMPRE FUI MI PENE

Siempre fui mi pene, Dios mío,
siempre fui el pedazo de mi carne
que entraba en las mujeres,
que me hacía hombre, conocedor del mundo,
propietario de la vida y de la muerte.
¿Por qué me disminuyes?
Yo no quiero aprender de tu sabiduría.
Yo quiero el falo erecto, pero erecto,
para entrar a la hora precisa
en el dulce terrón de la tierra dulce.
¡Concédeme vivir entero
hasta los ochenta!

SI ME DEJAS...

Si me dejas arrancarte los ojos, amor mío, me harías feliz.
    Quisiera quemarte el corazón, sellarte la memoria.
    No quiero que me ames. Quiero dejarte la boca para que me hables y para que me beses. Y todo lo demás de tu cuerpo, que es delicioso.

REENCUENTRO

las muelas que me extrajeron. Tengo, de pronto, la dentadura completa, el alma completa.
    ¡Qué alegría de ser otra vez inocente! Poder amar como arar, ¡qué simpleza! ¡Poder gritar de amor, poder llorar, poder guardar silencio!
    Hacía tiempo (quién sabe cuánto tiempo) que no abría los ojos. Y ahora me siento más fuerte, más desvalido que nunca, que nadie.