lunes, 5 de octubre de 2015

TARUMBA POEMA 8


Le vendí al diablo,
le vendí a la costumbre,
le vendí al amor consuetudinario,
mi riñón, mi corazón, mis hígados.
se los vendí por una pomada para los callos,
y por el gusto,
y por sentirme bien.
Nadie desde hoy, podrá decirme
poeta vendido.
Nadie podrá escarbar y jalarme los huesos.
Estoy en la Republica de China Popular.
Le curo las almorranas a Neruda,
escupo a Franco.
(Nadie podrá decir que no estoy en mi tiempo.)
Detrás del mostrador soy el héroe del día.
yo soy la resistencia. Oídme.
Soporto el hundimiento.
Desde el balcón nocturno miro al sol.
Desde la empalizada submarina

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